Trampolin to da Fame

El ascenso es,
sin duda,
lo más difícil.

Ruby · Cry

Y ahora se me ofrece salvar a su hijo,
la vuelta entera para salvarlo.
Para amar.

Y en los dedos?
Todo.

Y en el sueño inscrito en mente,
paz,
sed,
pesados
pasillos
en lo hondo
del seso.

In my head.

Y así es pues, no?
Como cuando caen las hojas...

La era del lagarto.

Y son exactamente iguales a mi.
Asquerosamente similares,
silentes.

La última división.

Cabalgando entre estos dedos malditos.
A través de ellos.

Mutis.
Y uno de los cadáveres abre los ojos.
Mutis.
Y uno a uno lo hacen.
La carne perdida
parpadeando,
invocando a todos los otros sentidos,
a los caídos en libertad,
a tanta sinapsis y niebla hasta el asco.


Los pedazos de este libro,
el polvo que vuela de sus páginas,
la sed que apagan estos tipos,
estas letras,
este laberinto en el cual entro para cantarte.

Y aquí,
sosegado y triste,
tramito mi liberación.
Mis ganas de

ser.

Eres sólo una fotocopia,
dijo,
una mesa dorada.

And now for something completely different

Escapo.

Y la bóveda celeste me aplasta.

Escapo.

Y me entrego a estos colores.

Largo.
Lento.
Pasajero.

Caleidoscópico.

Compartiendo la acera con otros autógrafos.
Reposado en el cemento infernal,
invernado,
gélido.

Allí yace mi nombre,
el que escojo,
el que me ancla y crea.

Allí,
en la fría piedra.

Aquí estoy,
aquí vivo.

Y el gris impenetrable canta con colores.

Piano, piano.
Lejos del centro.
Piano, piano.
Al infinito.

Atenta documento!
Remece sus pisadas,
tiembla en mi honor,
ruge y destierra.

Y haz de esta vereda un camino,
haz de esta luz
una canción.

El hablador (extracto)

Hay
en este siglo veintiuno
hartas cajas
cimas bajas.

Ay!
Siglo veintiuno,
a dónde van tus parihuanas?

No ven que el vidrio es sólo arena en la mirada?

Vena de agua.

Es nada de lo que has visto,
y todo lo que habías imaginado.

Las alas rotas,
la calma bajo los dados.

Y todos los incendios se propagan.
Arden.
Cantan.

Hoy el fuego se bautiza con el nombre de caos.
La piel cruje en la madera astillada.
Tantos nombres,
tantos horrores.

Y los gritos del pasado siguen sonando a alegrías.

Y el eterno desvelo cobra hoy su tejido.
Y el hilo de mi dolor brilla infame
tapizado,
salobre.
Sólo en mi mente.
En mi recuerdo.

Quién eres?
Se pregunta el cantante.

Quién eres?
Quien eras?

Y quienquiera que seas
canta!

El siglo cuarenta.
El aire en su esfera, en su tiempo. Tanta luz.

Y los pasado, al viento.

Las llaves de Satán.
Al fin
vino,
el agua.
The busy days.
Los pies sobre la tierra.

Y,
sobre estos muros,
caos
riman
ya.