Dado, la orilla del mar.

Cabalgan, entre las sombras,
las ondas...

todo su poder.

Ay! Atlántico, ántico,
hundido en el fin de la tierra
esos atardeceres...

tantos miedos y monstruos marinos.

Y hoy?

Sólo los colores que todo lo saben,
son de él. De él Solo.
Elka del Sol.

Todos.

.:··:. Seguidamente, todos inclinaron sus cabezas, y el viejo vestido de rojo levantó el cetro de madera incrustado de piedras brillantes. Nadie levantaría la mirada, nadie debería ver al rey. El calor en sus hombros les impedía no vivir esta fantasía, estas reglas, de ritos, de mitos, del más all.a´ .:··:.

Dos mil años han pasado, y la sed del control, de tenerlo todo, aún no se detiene. Es esa la palabra de Dios? dios? Dado?

Dado.