26.10.08

Un domingo cualquiera.



Escultura!
Detenta!

Las riendas frenan al caballo supuesto,
al fantasma en la imagen,
al sueño divino.

Infinito fulgor en mi mirada,
y los secretos se revelan uno a uno.
Las pistas quedan,
un trazo atravesando el cielo,
una corona de palmeras.
Exaltado.
Maldito.

Detenta!
Detente.

El Sol,
los secretos,
se liberan uno a uno.

Tú,
eres un faro.

Cuando el día llegue,
cuando los murciélagos sean más que sombras
y vuelen anunciado la llegada.
El sol! Tú, yo, todos.
UNO.

Detente!
Detenta aún tu poder,
tu sueño,
tu camino.

Y ay! Este río Rímac
qué salvaje es.

Heme aquí, en el espacio, en el silencio.

Y ay, este río, qué salvaje que es,
sigo cantando.
Y frente hasta en estos muros,
brillo,
sigo,
vivo.

2 comentarios:

  1. caray, tio, sé que pides encomiemos las fotos, pero no haré propaganda a tu cacharro....!el poema es bellísimo!!
    mis respetos,.

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  2. Sí, a mi también me gusta mucho. Me lleva a un montón de sitios.

    Gracias!

    ERre!

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